martes, 30 de septiembre de 2014

Rubia o Pelirroja?

Esa es la cuestión... o al menos, a pesar de lo poco trascendental del tema, es lo que me preguntan cada vez que me paran por la calle para ver a Celia. Y por ahora, parece que está la cosa empatada!

Si la ves cerca de J., parece más pelirroja (debe ser que le refleja), pero si la ves sola y a la sombra, parece más rubia.



El mejor comentario hasta el momento, el de una señora en Ikea: -"Ay, ojalá se parezca al padre, que me encanta el pelo pelirrojo". (Bien, señora, a mi evidentemente también, pero las castañas también tendremos derecho a la vida, no?)

Y el más tierno, sin duda, el de M., una vecinita de 6 años que me preguntó si sería rubia o pelirroja. Le dije que habría que esperar para saberlo y puso cara de decepción. Entonces, le pregunté qué le gustaría a ella que fuese y me dijo que mejor pelirroja, porque así tendría pequitas como ella. Además de una pecosa preciosa, es un amor :-)

Y vosotras, ¿qué opináis?

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Conociendo a Celia

Mañana hará un mes y medio que hemos visto por primera vez a esta cosita tan bella y cada día que pasa la vamos conociendo más.



Ya sabemos que le gusta que le echemos agua por encima de la tripita cuando la bañamos, que le cantemos la canción de los pollitos cuando se despierta, quedarse en bolingas en el cambiador y pasear viendo los techos con papá. 

También que le encanta ir en coche, ir al huerto del abuelo y pasear en la mochila bien pegadita. Se calma al momento cuando la sacamos a nuestro futuro jardín "a ver el olivito", según J., que es lo único verde ahí fuera... 

No le gusta que L. la lama cuando nos descuidamos y se aparta y pone caras raras. Tampoco que te pares cuando vas a pasear, ni que le limpies los ojitos con suero. Los restaurantes no le van, sólo lo intentamos una vez y tuvimos que coger la comida para llevar... 

Ha sido un mes y medio de muchos momentos bonitos y algunos momentos malos. Pero sin duda todos han sido inolvidables!


miércoles, 10 de septiembre de 2014

Yonki de la teta

Si buscas "Yonki de la teta" en el diccionario, sale una foto de Celia.

Los comienzos con la LME fueron lo peor: en el hospital con el sacaleches+jeringuilla porque no se agarraba al pezón. Dejamos el sacaleches por niña+ pezoneras. Y, finalmente, dejamos la pezonera por niña directamente a la semana de estar en casa.

Por las noches duerme muy bien, sólo se despierta para hacer 3-4 tomas de unos 10 minutos y volvemos a dormir (bendito colecho!), pero por el día (de 10 de la mañana a 11 de la noche) sólo quiere teta. Intentar hacer algo que no suponga tener la teta fuera es misión imposible, parece que sólo tiene programados dos modos diurnos: teta o llanto inconsolable.

Por supuesto que me encanta poder darle el pecho y no lo cambiaría, pero para que mentir: es un sacrificio importante. Además de encontrarme 12 horas atada al sofá o a la cama (aún no logro hacer piruetas, caminar o ir al baño con la niña en la teta), me encuentro con que al final del día mis pobres pezones no soportan ni el roce del camisón. 

Y ni que hablar de los moratones en los pezones (producto de algún chupetón fuera de sitio con alevosía y nocturno) y del accidente de la pezonera... cuando una noche me la coloqué justo encima del pezón y después de una media hora chupando nos dimos cuenta (Celia también se dio cuenta porque no salía nada). "Unfortunately" ya me había "formado" un pezón encima del pezón real y todo acabó en una herida a carne viva y la consiguiente postilla y cicatriz de guerra. 

Todas las madres con las que lo comento me dicen que es una etapa y que la cosa va a mejor (pero también decían que las contracciones tampoco dolían tanto...)